¿No le gustan las frutas a tu niñ@? Prueba la Gelatina
En algunas etapas del crecimiento de nuestr@s niñ@s nos cuesta un poco que ingieran aquellos nutrientes que nosotros consideramos que son adecuados para ellos. Acostumbra a ser el caso
de la fruta y la verdura. Para la verdura he encontrado una solución que trataré individualmente en otro post. Para la
fruta he encontrado una solución que me parece simplemente genial: usar gelatina para
convertir el puré o el zumo que obtenemos de ella en un sólido de textura blanda y con un color muy llamativo para BB.
BB está un poco hart@ de tomarse el zumo de naranja
(natural) todas las mañanas desde octubre hasta abril, así que estoy cambiando
un poco de estrategia para que esté más content@ y el zumo no se convierta en
algo demasiado monótono.
500 ml. de zumo de fruta o
puré de zumo y pulpa
6 láminas de gelatina
6 recipientes de 125 ml. para el consumo
Preparación:
En realidad se trata de una receta muy fácil de elaborar y que suele tener una gran aceptación entre los niños. En primer lugar he puesto
a hidratar 6 láminas de gelatina en un recipiente con 200 ml. de agua y lo he
metido en la nevera a reposar mientras preparo el zumo. Por otra parte, me he puesto manos a la obra con el zumo.
En esta época del año, desgraciadamente no hay demasiada variedad de frutas (asequible), así que he
exprimido 500 ml. de zumo de naranja (zumo y pulpa) y lo he reservado en un
recipiente. Transcurridos 10 minutos he sacado la gelatina de la nevera y la he
calentado al fuego, aunque también se puede hacer al microondas, según se desee, para que se convierta en
líquida. En este punto hay que poner un poco de atención para conseguir que se funda pero nunca llegando a hervir, ya que de este modo podría perder sus propiedades gelificantes. Una vez la tengamos
líquida, la añadimos al recipiente donde reservábamos el zumo y removemos la mezcla para que se homogenice. Una vez consideremos que está lista la mezcla, la vertimos en los moldes que hayamos elegido.
En mi caso he comprado vasitos pequeños transparentes, y me salen entre 6 y 7.
Se
reserva mínimo 3 horas en la nevera, aunque lo ideal es que permanezca toda la
noche refrigerándose para conseguir la textura idónea. Una vez superado este último paso, ¡ya está lista para
degustar!
Bon Appétit!
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