Las primeras notas
A mediados de Diciembre nos hicieron llegar las notas del colegio. Yo no sé lo que esperábamos, pero aluciné cuando vi el papel. Era una tabla con una lista súper larga de competencias y al lado la calificación: Suficiente, Bien, Excelente. A mí me dio la impresión que era el mismo formato que mis notas del bachillerato y la universidad, sólo que con letra en lugar de con un número. En el colegio al que yo asistí las notas consistían en un comentario sobre cada competencia (pocas competencias) y al final los profesores opinaban si era suficientemente competente o más que suficientemente o realmente tenía mucho control sobre la competencia en cuestión y esto se les presentaba a los padres en una reunión entre padres y profesor. Así que al recibir este tipo de notas, nos hemos quedado de pasta de boniato. Sobre todo porque dudamos que hayan podido examinar a BB mínimamente en los 51 días de clase a los que ha asistido BB. Hagamos una operación sencilla: 51 días a 7 horas/día salen 357 horas entre 27 alumnos que hay en la clase de BB sale a 13 horas por cabeza. Teniendo en cuenta que tienen 4 profesores distintos y que cada uno tendrá que evaluar las competencias que le corresponden (las competencias de música, las motrices, de inglés, etc.), no me imagino cómo en 13 horas han tenido tiempo 4 personas de saber si BB tiene control de los esfínteres, si se adapta, si se concentra o se desconcentra, y así con X competencias. De hecho, y sinceramente, creemos que no lo han hecho. Creemos que tienen este checklist de las competencias y una opinión MUY general sobre cada niño, y con eso y su intuición ponen las notas. Desde nuestro punto de vista, esta manera de puntuar es altamente irregular y subjetiva y naturalmente estamos en desacuerdo con ella.
Lo hemos hablado con otros padres y nos sorprendemos porque no sabemos si carecen de espíritu crítico o de interés al respecto. En algunos casos, los padres no se ven capaces de evaluar las competencias de sus hijos y creen a pies juntillas todo aquello que el profesor dice, y en otros casos no le dan mayor importancia. En nuestro caso, nosotros conocemos mejor que nadie a BB y cuando nos dicen que es excelente en la competencia de “controlar el esfínter”, o que tiene una competencia satisfactoria en inglés sabemos que es falso. BB no ha hecho uso del wc en el colegio ni una vez desde que empezó. Le genera ansiedad ir al lavabo. Antes de ir al colegio le costaba un poco defecar, pero ahora desde que asiste a clase no hay manera de que quiera usar el lavabo (ni en casa, ni fuera de ella). Y respecto al inglés, BB tiene un vocabulario en inglés de entre 300 y 500 palabras que nosotros nos hemos dedicado a enseñarle durante los años de pre-escolarización. Obviamente, su tutora y su profesora de inglés desconocen todo esto, y no han tenido tiempo de observarlo, sólo ha visto que BB no se ha hecho pipí ni caca encima ningún día y por eso es excelente controlando los esfínteres, y con el inglés como se dedican a cantar canciones y ver videos, pues tampoco se han preocupado más. Dado este comportamiento, pensamos nosotros ¿para qué evaluar algo que son incapaces de evaluar? Lo ignoramos, pero nadie les está pidiendo checklists ni valoraciones tan concretas y tan difíciles de puntuar y ¿qué intención tendrán para puntuar de este modo? Lo ignoramos, pero no nos ha gustado nada que intenten vendernos la moto.
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