Vacaciones: ¡Qué se pare el mundo, que yo me bajo!
La verdad es que hasta que no estás
fuera de la espiral, no lo notas. Las vacaciones son super necesarias. Ayer fue
mi primer día de vacaciones, comme il faut…Nos despertamos a las 10 (todos)
fuimos a arreglar un tema que teníamos pendiente, sin prisa, haciendo una parada
técnica en el parque para que el bb también disfrutara de lo suyo. Arreglamos
el tema y pasamos por el mercado y el super. Como ambos estaban a reventar,
evitamos comprar. No teníamos ninguna necesidad de hacer las colas y
estresarnos por comprar pescado fresco, ya lo compraríamos hoy u otro día. Todo
un lujo, sobre todo teniendo en cuenta que esto es algo que solemos hacer a
diario.
El hecho de no tener
requerimientos u obligaciones urgentes o ambos al mismo tiempo resulta una
auténtica gozada. Notas como mente y cuerpo se alinean y se llenan de un
extraño bienestar, extraño porque se siente en raras ocasiones. Además tengo
tiempo de sentir como todo esto sucede, pues normalmente estoy demasiado
estresada con todo tipo de estímulos como para escucharme a mí misma.
Nos encontramos de la mejor de
las maneras: en familia, todos descansados disfrutando del superhábit de tiempo
que tenemos por pasar en familia y un poco dejándonos llevar, sin horarios, ni
planes. Os puedo asegurar que todos lo agradecemos, desde el cuerpo hasta el
bebé. Ayer los adultos fantaseábamos
pensando en cómo sería poder vivir así una temporada. Un beneficio total a
nivel psicológico, ya que sientes que no hay nada que te pueda descolocar o
sacar de quicio, no hay control y tampoco se le espera. Con respecto al bebé,
mejor imposible, siempre tiene a uno de sus dos padres o a los dos a la vez a
su entera disposición, y estímulos externos como las piscina, la playa y los
helados que hacen que aún disfrute más de todo esto. Hemos estado jugando en el
exterior y luego en el interior con los juguetes que trajo y estamos esperando
a ver cuándo podemos ir a la biblioteca y ludoteca, que abren por las tardes
incluso en verano. Por su parte, no nos ha pedido ver la televisión ni una sola
vez desde que estamos aquí y está content@ y tranquil@.
Una dulce calma nos está inundando,
solo esperamos que dure un poco más y recomendamos encarecidamente a todo el
mundo que salga durante un tiempo de la rutina diaria, que es algo muy
necesario.
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