Los 3 años del bebé
En septiembre l@ perderemos definitivamente. Empieza su etapa lectiva, obligación de la cual l@ hemos podido eximir hasta ahora, pero que ya no Los 3 años de mi bebé
Es como un sueño. Algo que no podíamos ni llegar a imaginar cuando nació. El bebé deja de ser bebé y pasa a ser niñ@. Ya es muy auto suficiente: come sol@, se quita los zapatos y casi se los pone, va sin pañal por la vida, aprende a ponerse y quitarse la ropa. Cruza la calle de nuestra mano, come sol@ y habla, e incluso se atreve en otro medio y está aprendiendo a nadar, le encanta bailar y tirarse por el tobogán. La vida se hace MUUUCHO más sencilla para los padres, que ahora pueden comprender el 90% de lo que dice y pueden solucionar cualquiera de sus necesidades. Y es que el tiempo no pasa en balde, y con todo han pasado ya 3 años.
No hay parecido entre la plantita que me sacaron del abdomen y el bichillo que tengo corriendo arriba y abajo por toda la casa. Ahora nuestra vida es un festival. Todo tiene una parte lúdica y alegre. Es una fuente continua de ocurrencias y cuando podemos o nos acordamos, nos detenemos un momento y l@ contemplamos actuando, entonces nos damos cuenta de la magia que tienen los niños. Nuestro bebé es lo más grande que hemos hecho: hemos creado una vida nueva partiendo de las nuestras. Y desde ese punto de vista, todo el esfuerzo, el cansancio, el sufrimiento y los malos ratos que hemos pasado, los damos por buenos, cuando nos detenemos a mirarl@. Es un alma libre que infunde un manto de alegría y magia a nuestro hogar. Lo mejor que hemos podido hacer, sin duda.
hemos podido/querido atrasar más. Creemos que le aportará mayor relación con otros niños y esperemos que algún conocimiento también y muchas enfermedades. Y con eso habremos llegado al fin de su etapa como bebé. Una etapa que al principio se hizo muy dura pero que poco a poco se ha hecho más llevadera y ahora, en estos momentos, está resultando súper divertida.
Yo soy la persona con la que mayor rato ha pasado desde que nació y que ahora soy consciente de que l@ voy a añorar, pero también sé que es un paso necesario e inevitable, es una “pérdida” que hay que asumir y hay que ser consciente que cuando llevas al bebé dentro es plenamente tuyo, pero desde el día que sale de la barriga empezamos a perder una parte de él. Ahora esa pérdida se hace muy evidente, es un cambio muy radical tanto para el bebé como para nosotros (especialmente para mí que l@ veo durante prácticamente todo el día y casi todos los días).
¡Adiós mi bebé, bienvenid@ mi niñ@!
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